22 may 2014

EL AISLAMIENTO SOCIAL






La mayoría de las políticas públicas que se llevan a cabo en los países de la región para elevar el bienestar de los pobres urbanos han descuidado los problemas de su integración a la sociedad, operando como si el sólo mejoramiento de sus condiciones de vida los habilitara para establecer (o re-establecer) vínculos significativos con el resto de su comunidad. Sólo en los últimos años, y a medida que se constata la agudización de los problemas de segmentación social que acompañan el despliegue de los nuevos modelos de crecimiento, el discurso de académicos y responsables de políticas sociales comienza a reflejar una preocupación por los problemas de aislamiento social de los pobres urbanos y por los mecanismos que nutren y sostienen esas situaciones, más allá de la consideración de sus apremios económicos y de sus carencias específicas. En efecto, la incorporación en el léxico especializado de las nociones de exclusión, desafiliación, desvalidación, fragmentación, etc., revelan la inquietud por la creciente proporción de población que, además de estar precaria e inestablemente ligada al mercado de trabajo, sufre un progresivo aislamiento con respecto a las corrientes principales de la sociedad.
Dicho fenómeno, cualquiera que sea el término que se le aplique, implica vínculos frágiles —y, en el extremo, inexistentes- con las personas e instituciones que orientan su desempeño por las normas y valores dominantes en la sociedad en un determinado momento histórico. Una virtud de estos enfoques es la incorporación de la estructura social como elemento explícito del marco conceptual con que se interpretan los fenómenos de pobreza. La localización de los pobres dentro de esa estructura varía no sólo según la profundidad de las brechas que los separan de otras categorías sociales en el mercado de trabajo, sino también según los niveles de segmentación en cuanto a la calidad de los servicios de todo tipo y los grados de segregación residencial. Estas consideraciones permiten ampliar el campo de comprensión de los fenómenos de pobreza más allá de los esquemas que la conciben como producto de las vicisitudes de la economía, o como resultado del portafolio de recursos de los hogares y de su capacidad de movilizarlos de manera eficiente, al mismo tiempo que abren expectativas acerca de la posibilidad de formular políticas que atiendan dichos fenómenos en forma más integral que en el pasado. En las notas que siguen presentaré algunas hipótesis referidas a la naturaleza y determinantes del aislamiento social de los pobres urbanos, con la esperanza que los resultados de su puesta a prueba contribuyan a mejorar la eficacia de los programas anti-pobreza. Demás está decir que, dado que todavía son muy escasas las investigaciones sobre estos temas en los países de la región, la mayoría de dichas hipótesis se encuentran en estado embrionario.


No hay comentarios:

Publicar un comentario