Hay ocasiones en las que uno mismo se convierte en su peor enemigo: se culpa, se carga, se martiriza, se fustiga, se mutila incluso hasta en lo real.
Personas que se sumen en el bucle de "debería de"; se cargan con una exigencia tan grande y maximizada que resulta inalcanzable; la falsa omnipotencia que malogra la propia visión de uno mismo y se mantiene en un continuo goce que no le permite disfrutar de vivir.
Citando a O. Wilde, "Somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro propio infierno", la gran pregunta que me surge es ¿hasta cuándo uno puede aguantar así?
Para los que compartáis la pregunta y os la llevéis al territorio personal, recordad, los psicólogos estamos para algo
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