10 oct 2013

JOHN LOCKE


A pesar de que Locke era médico, se le puede considerar uno de los grandes benefactores de la humanidad. ello se debe a que, en lugar de ejercer la medicina, se dedicó a la filosofía.
sería deseable que muchos médicos siguieran su ejemplo, pero ello es difícil en la práctica, pues las meditaciones nunca producen una renta tan alta como la que los médicos reciben de sus clientes, y, con mayor frecuencia, de los deudos de éstos.

El problema más importante que trató Locke en sus obras fue de carácter político. sin embargo, no fue perseguido, como era de esperar, pues justo cuando publicó su “tratado sobre el gobierno” llegaron al poder los que compartían sus ideas. esto lo libró de hacer turismo con pasaporte falso y barba postiza, como tantos colegas suyos.

Para entender por qué publicó Locke su obra, es necesario conocer lo que opinaban muchos de sus contemporáneos del siglo xvii sobre la monarquía. la opinión generalizada era la que sostenía Sir Robert filmer, un hombre cuyas opiniones ejercían mucha influencia a través de los editoriales que escribía en “la corona”, el decano de la “prensa seria” londinense. Filmer sostenía que el rey tenía la propiedad del poder, y que esa propiedad le había sido otorgada por Dios.

Si se acepta esa afirmación, hay que concluir que el que tenía la audacia y espíritu revolucionario suficientes para atreverse a poner en duda el derecho divino de los reyes, no sólo se mostraba enemigo de la persona del rey, sino que también aparecía como enemigo de la propiedad y de la religión, pues ponía en duda un acto de dios.

años más tarde se descubrió que “la corona”, el respetable diario londinense, era de propiedad del rey, el cual le pagaba a Sir Robert un sueldo fabuloso por inventar argumentos jurídicos y teológicos para demostrar que la justicia y dios estaban de su parte. con esto decayó mucho el prestigio de la mal llamada “prensa seria”, pues quedó demostrado que no era sino un instrumento de propaganda de los poderosos. Filmer y de sus argumentaciones, ingeniosas pero falsas, hacía que cualquiera que las contradijera resultara revolucionario.
así ocurrió con Locke. al comienzo lo llamaron “ese desalmado terrorista”, pero después su pensamiento se impuso y se transformó en una persona respetable, en un padre de la patria.

Y Sir Robert filmer, el honorabilísimo e influyente editorialista de “la corona”, cuyas solas iniciales —r. f.— al pie de la columna que escribía inspiraban respeto a los londinenses, es hoy considerado un periodista vendido a los intereses económicos del rey.

tal es el destino humano. Lo que ayer fue revolucionario, hoy es conservador. y lo que es revolucionario hoy, será conservador mañana. cuando los comunistas lleven muchos años en el poder, se harán conservadores, y entonces habrá jóvenes revolucionarios que gritarán en las calles “¡abajo los comunistas reaccionarios!”
Todo cambia. nada permanece.
Ya lo dijo el viejo Heráclito.


No hay comentarios:

Publicar un comentario