23 may 2016

David Hume: "Pues ¿no parece muy sencillo definir con exactitud los términos empleados en el razonamiento y hacer de estas definiciones, no del mero sonido de las palabras, el objeto de análisis y examen posteriores? Si consideramos la cuestión más de cerca, llegaríamos a la conclusión opuesta: pues, si una controversia se ha mantenido en pie mucho tiempo y aún queda por dirimir, no nos queda más que suponer alguna ambigüedad en la expresión y que los interlocutores están asignando ideas distintas a los términos utilizados en la controversia. Suponiendo que las facultades de la mente sean naturalmente iguales en todos los individuos –en caso contrario, sería inútil razonar o discutir–, resultaría imposible, si las personas asignan las mismas ideas a sus términos, que se pudieran mantener tanto tiempo opiniones distintas respecto al mismo asunto, sobre todo desde que comunican sus puntos de vista y cada bando busca argumentos que le den la victoria sobre sus antagonistas" («Investigación sobre el conocimiento humano»; Madrid: Mestas, 2007 [1748], páginas 91-92).


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