5 may 2016

Michel de Montaigne: "En estos tiempos he visto a cien artesanos, a cien labradores, más sabios y más felices que los rectores de universidad, y a los que yo preferiría parecerme. El saber, a lo que juzgo, ocupa su lugar entre las cosas necesarias para la vida, como la gloria, la nobleza, la dignidad; o, a lo sumo, como la belleza, la riqueza y otras cualidades semejantes que sirven verdaderamente a la vida, pero de lejos, y algo más por fantasía que por naturaleza. Tampoco nos hacen falta, en nuestra comunidad, muchos más cargos, reglas y normas de vida que a las grullas y las hormigas en la suya; y vemos, no obstante, que se comportan en ella muy ordenadamente sin instrucción alguna. Si el hombre fuese sabio, daría a cada cosa su valor según fuera más útil y adecuada para su vida. Si alguien nos censara conforme a nuestras acciones y conducta, encontraría mayor número de hombres eximios entre los ignorantes que entre los doctos: y me refiero a toda clase de virtud" («Ensayos»; Barcelona: Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2014 [1580], página 951).


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