Paul Henri Thiry d'Holbach: "El que asegura que está exento de error, asegura que no es hombre. Sólo una vanidad pueril, o una insoportable vanidad pueden dictar semejante fallo. Resistir a la verdad una vez que se conoce, o lidiar con ella valiéndose del sofisma, es querer someterla al amor propio, y declararse su tirano. El examen de los hechos y de las ideas sólo es temible a la impostura y a la mala fe; la discusión suministra nuevas luces al sabio, en tanto que enfada y molesta al obstinado, al impostor, o al que vive apegado a sus errores, y teme que llegue el momento del desengaño. El espíritu humano se ilustra en sus mismos extravíos, se enriquece con las experiencias que ha hecho sin éxito, porque a lo menos le enseñan a buscar nuevos caminos" («Ensayo sobre las preocupaciones»; Buenos Aires: Kier, 1979 [1773], página 119).
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