Si la compra de armas y la tenencia en manos de particulares ya de por sí son temas de debate en varios países del mundo, ¿qué hay de la exportación con fines de lucro?
América Latina no es ajena a la discusión. Tal es así que en el continente son cada vez más los países que quieren dejar de ser compradores de armas para avanzar en el negocio de la exportación, indica un informe publicado por BBC Mundo.
En ese sentido, Brasil es el país latinoamericano líder en este negocio. Lleva muchos años exportando armamentos y ha mejorado su tecnología bélica, algo que resulta por demás atractivo para los potenciales compradores.
Pero en la región no es el único país que está metido en este “suculento negocio”. Chile y Ecuador también han avanzado al respecto en los últimos años, según indican las cifras del Instituto Internacional de la Paz en Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), reproduce BBC Mundo.
En cuanto a cifras, las exportaciones brasileñas en armas entre 2014 y 2015 llegaron a los 85 millones de dólares, mientras que en Chile alcanzaron los 20 millones de dólares y 6 millones en Ecuador.
El analista en seguridad internacional Alejandro Sánchez dijo a ese medio que igualmente lo que prolifera a la hora de la exportación, más que armas de fabricación propia, es la reexportación de armas que fueron compradas originalmente a fabricantes tradicionales.
Aunque Brasil sigue siendo una excepción en la región ya que exporta armas a gran escala desde el año 1980 y ha encontrado la manera de ingresar a mercados extranjeros con empresas como Engesa, que en 1993 entró en bancarrota. Sin embargo, luego empezó el ascenso una vez más y una empresa denominada Embraer desarrolló el avión Súper Tucano, que se especializa en combatir guerrillas y se ha extendido en varios continentes.
Además de estos países hay otros como Perú y Colombia que también han incursionado en este ámbito. El primero a través de la intención de desarrollar una industria militar peruana y el segundo, por ejemplo a través de un intento reciente de exportar bombas a países de Oriente Medio.
Igualmente, en Latinoamérica, aún es mucho más lo que se compra que lo que se vende.
A nivel mundial, Estados Unidos es quien se mantiene como principal proveedor de armas en el mundo, seguido de Rusia.
Las armas entre las personas
Más allá de los armamentos de guerra y la exportación para satisfacer demandas para uso militar y de defensa entre los países, hay un debate difícil cuando se trata de la venta de armas entre particulares.
Estados Unidos es un claro ejemplo de esto. Cada vez que sucede una masacre masiva en diferentes lugares como centros nocturnos, centros comerciales, cines, universidades, etcétera, se reavivan las voces de quienes consideran que se debe prohibir o limitar a través de una regulación.
Sin embargo, es un tema tan arraigado en la cultura norteamericana… Incluso el derecho a poseer armas con diversos fines está avalado en la propia Carta Magna, algo que hace que un cambio en ese sentido no sea para nada sencillo.
En otros países hay debates similares y por lo general tienden a priorizar la regularización.
La denuncia de Francisco
“Mientras las ayudas y los planes de desarrollo se ven obstaculizados por intrincadas e incomprensibles decisiones políticas, por sesgadas visiones ideológicas o por infranqueables barreras aduaneras, las armas no; no importa la proveniencia, circulan con una libertad jactanciosa y casi absoluta en tantas partes del mundo”.
Estas declaraciones las hizo el papa Francisco las hizo durante la visita a la sede del Programa Mundial de Alimentos en Roma.
“Las guerras y las amenazas de conflictos son lo que predomina en nuestros intereses y debates. Y así, ante la diversa gama de conflictos existentes, parece que las armas han alcanzado una preponderancia inusitada”, agregó.
Es que cuando el negocio de la exportación de armas prolifera, de alguna manera representa una señal de la alta tensión que se está viviendo a nivel mundial. Y América Latina también está contribuyendo a su manera a tal percepción.
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