Mario Bunge: "Los cínicos tienden a subestimar la ideología como un mero epifenómeno o incluso escaparatismo. Esto puede ser cierto de los líderes moralistas, pero no de sus seguidores. Presuntamente, los campesinos que se presentaron como voluntarios para las Cruzadas estaban motivados por las creencias de su religión, no por la codicia de sus líderes militares. Las creencias son importantes en todos los ámbitos, especialmente en la política, porque guían las acciones voluntarias. En particular, la gente puede ser movilizada o paralizada políticamente no solo por los intereses materiales, sino también por ideales, sean nobles como la democracia y la igualdad, sean innobles como la limpieza étnica y la dominación del mundo" («Filosofía política. Solidaridad, cooperación y democracia integral»; Barcelona: Gedisa, 2013 [2009], página 201).
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