El rehén ha ocupado el
lugar del guerrero. Se ha vuelto el personaje
principal, el protagonista del simulacro, o mejor
dicho, en su pura inacción, el protagonizante
de la no–guerra. Los guerreros se entierran
en el desierto, únicamente los rehenes
ocupan el escenario, incluidos todos nosotros
como rehenes de la información en el escenario
mundial de los medios de comunicación.
LA FAMOSA PAZ DE COLOMBIA.
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