4 mar 2016

Una controversia de la Historia de la Tecnología para aprender sobre Naturaleza de la Tecnología: Tesla vs. Edison – La guerra de las corrientes




Revista Enseñanza de las Ciencias. Vol. 34, Núm. 1 (2016)

The story of a controversy in the History of Technology
for learning about the Nature of Technology: Tesla vs. Edison-The War of the Currents
José Antonio Acevedo Díaz
Inspector de Educación jubilado, Huelva, España
ja_acevedo@vodafone.es
Antonio García-Carmona
Departamento de Didáctica de las Ciencias, Universidad de Sevilla, España
garcia-carmona@us.es
Se presenta la controversia entre Tesla y Edison, conocida como «la guerra de las corrientes» en la Historia de la Tecnología, para abordar en el aula algunas cuestiones de Naturaleza de la Tecnología (NDT) desde un enfoque explícito y reflexivo. La propuesta se dirige a la formación de estudiantes de profesorado de educación secundaria en NDT y su didáctica. Se presta atención tanto a los aspectos epistémicos como a los no-epistémicos en el texto de la controversia y en las cuestiones que se plantean. Asimismo, se proponen algunas recomendaciones metodológicas para su implementación y evaluación en el aula.

Palabras clave

Historia de la Tecnología; Naturaleza de la Tecnología; formación del profesorado; controversia histórica; Tesla vs. Edison

INTRODUCCIÓN

Las personas vivimos inmersas en una cultura tecnológica desde que nacemos hasta que morimos. La vida cotidiana, en el medio urbano y en el rural, en el hogar y en el trabajo, está repleta de productos e instrumentos tecnológicos, además de numerosas tecnologías organizativas y simbólicas, cuyo uso no suele ser complicado porque no es necesario conocer los principios científicos ni tecnológicos que los sostienen. La tecnología ha sido, y es, responsable de numerosas transformaciones sociales. La técnica es mucho más antigua que la ciencia como actividad transformadora. La habilidad para la técnica representó una ventaja importante en la evolución humana, mientras que la capacidad para la ciencia apenas fue relevante para la mayoría. La tecnología, entendida como técnica científicamente fundamentada, es muy posterior. Las tecnologías basadas en la ciencia se han multiplicado desde el siglo xx, y esta última llega a desempeñar un papel importante en muchas innovaciones tecnológicas; un entramado conocido como tecnociencia1 (Echeverría, 2003). Sin embargo, la tecnología contemporánea no debe interpretarse como la simple aplicación de los descubrimientos realizados por la ciencia (Basalla, 1988).

Hay cierta tendencia a mostrar la interacción entre la ciencia y la tecnología como si fuera causal, con un sesgo exagerado en el sentido que va de la ciencia a la tecnología en detrimento del opuesto2 (Sanmartín, 1990). Para ello, se recurre a diversos ejemplos de innovaciones tecnológicas basadas en la ciencia; uno de ellos es el desarrollo de la industria electromagnética en el siglo xix. No obstante, hay otros ejemplos históricos en los que el desarrollo tecnológico no estuvo precedido por un incremento notable en la investigación científica de ese campo. Tal fue el caso de la primera revolución industrial, que se dio en Inglaterra a finales del siglo xviii y que cristalizó en las primeras décadas del xix (e.g., minería, máquinas térmicas de Newcomen y Watt, metalurgia, telares mecánicos…). Más bien sucedió al revés: el desarrollo de la termodinámica se debió, en parte, a la reflexión teórica sobre las máquinas de vapor. Otro caso es el de la química orgánica industrial, que se potenció por los intereses de los fabricantes de tintes de la época (Acevedo, 2006).

Estos ejemplos, entre otros, no tienen que ser del todo perfectos; con frecuencia se dan situaciones intermedias en las que la tecnología ha ejercido mayor o menor influencia en la evolución de la ciencia, y viceversa. Asimismo, hay casos en los que la ciencia y la tecnología se han desarrollado de manera coordinada, como en el ámbito de la electrónica (Acevedo, 2006; García-Carmona y Criado, 2011), y otros en los que han evolucionado de modo bastante independiente. Los productos tecnológicos pueden haber seguido diversos procedimientos en su diseño y desarrollo, desde los que no necesitan demasiado de las teorías científicas más avanzadas hasta los que dependen de estas, pasando por los que combinan ambas vías (Basalla, 1988; De Vries, 1996). Además, el funcionamiento de los productos tecnológicos no suele explicarse por un único principio científico, porque incluso los más sencillos forman sistemas con componentes muy diversos (Gardner, 1997). En resumen, las conexiones entre ciencia y tecnología no son jerárquicas, sino sistémicas y complejas (Acevedo, 2010).

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