La palabra fáctica
proviene del latín facto que significa hecho. Las ciencias
fácticas son, entonces, las que estudian los hechos. Las formales, como su
nombre lo indica, estudian las formas. En consecuencia, la primera diferencia
entre las ciencias formales y las fácticas son su objeto de estudio.
La mayoría de las
ciencias tienen como objeto primordial de estudio los hechos objetivos, o sea,
hechos que suceden en la naturaleza. Por ejemplo, la botánica estudia las
transformaciones y cambios que ocurren en el reino vegetal. La vegetación, las
plantas y los árboles están ahí. Son un hecho objetivo. Un científico botánico
puede verlos, tocarlos, observarlos, reproducirlos, injertarlos, podarlos, etc.
Está trabajando con hechos. Pero no todos los científicos trabajan con hechos
objetivos. Hay algunos que trabajan primordialmente con formas. Los dos casos
más importantes son la lógica y la matemática. En ambos casos, se trata de la
construcción de entes ideales, abstractos, que no corresponden directamente a
hechos de la realidad y cuya existencia se ubica en la mente humana.
Por lo tanto, las ciencias
fácticas trabajan primordialmente con los hechos y las ciencias
formales primordialmente con formas. Es necesario poner atención a la
palabra “primordialmente”, porque quiere decir que las ciencias fácticas
también trabajan con abstracciones y que las ciencias formales reciben
influencia de los procesos reales.
Es claro que el
botánico, después de observar muchos árboles, construye un ente abstracto que
es el concepto de “árbol”, el cual no corresponde a un árbol en particular. Por
otro lado, para ayudarse en su estudio, el botánico tiene que recurrir a
conceptos más formales, como los números, a fin de formular las leyes
científicas que él trata de probar.
Otra diferencia entre
las ciencias exactas y las fácticas radica en su método de estudio.
El método científico
tiende:
•
En las ciencias formales, a demostrar o probar.
•
En las ciencias fácticas, a confrontar las leyes con la práctica.
Siendo las ciencias
formales construcciones lógicas, su método tiende a probar la coherencia de su
razonamiento con base en los supuestos o axiomas que se adoptan. Un axioma es
un supuesto de una ciencia formal, cuya corrección se da por aceptada y, por
tanto, no se discute. La prueba consiste en demostrar la coherencia interna y
la corrección de una afirmación, partiendo de los axiomas o de conclusiones
basadas en esos axiomas. Por ejemplo:
Etapa 1. Se
adoptará este axioma: “dos cosas iguales a una tercera, son iguales entre sí”.
Etapa 2. Para
facilidad del razonamiento, le damos una representación literal a cada una de
esas tres cosas. Respectivamente llamaremos: a, b y c.
Etapa 3. Las
dos primeras etapas nos permiten formular el axioma dicho de la siguiente manera:
si a = b, y b = c, entonces a = b.
Etapa 4. Si
le damos un valor de 1 a “b”, entonces podemos concluir que también a = 1, y
que también c = 1.
Para demostrar o probar
ésta conclusión no se está obligado a la confrontación con la realidad. Basta
cumplir con las leyes internas de la lógica que se ha adoptado. Sobre ésta
conclusión es posible, si se siguen estrictamente las reglas de la lógica,
construir otras conclusiones, hasta elaborar un sistema coherente de
pensamiento.
Las ciencias
fácticas se dividen en: ciencias naturales y ciencias
sociales. Las ciencias naturales se dedican al estudio de procesos,
cambios y transformaciones de la materia tal como se presenta en la naturaleza.
En tanto que las Ciencias Sociales estudian las relaciones de los hombres entre
sí. Entre las ciencias sociales se encuentran la economía, la antropología, la
historia, la geografía humana, la psicología social y, por supuesto, la
sociología.
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