11 feb 2014

ORACIÓN POR LA SANACIÓN DE LOS ENFERMOS DEL ALMA Y DEL CUERPO.











“Estuve enfermo y fueron a visitarme” (San Mateo 25,36)

Padre Santo, "tú manifiestas tu poder y das grandes golpes, realizando curaciones, señales y prodigios por el Nombre de tu santo siervo Jesús" (Hechos 4,30). "Para que al Nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y entre los muertos, y toda lengua proclame que Cristo Jesús es el Señor, para gloria de Dios Padre" (Filipenses 2, 10-11). Creemos que el nombre de Jesús tiene poder para sanar, liberar y salvar. También creemos en tu Palabra donde nos dices: "No hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres ningún otro Nombre por el que debamos ser salvados" (Hechos 4, 12). Envía Señor, el coraje, la intrepidez y el poder de tu Espíritu Santo para que se realicen los signos y prodigios, curaciones y milagros en nosotros en este momento de gracia.

Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado. Creemos que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de nosotros. Te alabamos y te adoramos. Te damos gracias, Señor, por venir hasta nosotros como pan vivo bajado del cielo. Tú eres la plenitud de la vida. Tú eres la resurrección y la vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.

Hoy queremos presentarte a todos los enfermos para que tengas compasión de ellos. Padre Eterno, te pedimos en el Nombre de Jesús que extiendas tu mano, nos des el Espíritu Santo para convertir los corazones y liberar a tu pueblo, por el poder del Nombre de Jesús. Bendícelos a todos y haz que muchos vuelvan a encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan abriendo a las maravillas de tu amor, para que también ellos sean testigos de tu poder y de tu compasión.

Dios Padre, en tu santo Nombre, nosotros te pedimos con la fe que nos es posible que se realicen entre nosotros curaciones físicas y espirituales; te pedimos que salves y sanes a los matrimonios, que las familias se reconcilien y vivan unidas por medio de tu amor, que nuestros corazones sean curados y desaparezca todo odio y resentimiento hacia nuestros hermanos, que los oprimidos alcancen la libertad tan preciada que tú Señor nos ofreces.

Hoy, Señor, te presentamos en fe a todos los enfermos que nos han pedido oración y te pedimos que los alivies en su enfermedad y que les des la salud. Haz que crezcan en la fe, en la esperanza. y que reciban la salud para gloria de tu Nombre. Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor.

Que todos los corazones se conviertan a la Palabra de Dios y que tú Señor mores en ellos con el don de tu Espíritu Santo. Cúranos Señor Jesús, libéranos Señor Jesús, Sálvanos Señor Jesús. Danos la gracia y la alegría que nos falta. Danos la paz en nuestros corazones y en nuestras vidas, libéranos de tantos ruidos que no permiten que te escuchemos e introdúcenos en el silencio de tu corazón amoroso. Danos el amor, danos el perdón, danos tu misericordia. Danos el don de orar para comunicarnos contigo todos los días y en todos los momentos de nuestra vida.

Señor mío: Amado Padre, te entrego esta oración con todo mi corazón por todos los enfermos que sufren males físicos, que los consume o tortura día a día.

Has que esa cruz sea liviana y la carguen con paz, con serenidad y con valor. Te pido que por medio de la enfermedad lleguen a ti! Tengan fe en tu poder de sanación y se conviertan en testimonio vivos de tu Amor infinito y tu Misericordia Divina por todos nosotros.

Ten piedad por los niños enfermos, dales valor para soportar el dolor, dales paz, calma sus corazones y que el Espíritu Santo se albergue dentro de sus almas para que sean fuertes y valientes.

Te pido Señor Bendito que cargues y lleves a tus hijos que sufren dolores musculares, cuerpos atrofiados, carga también al invalido, lleva de la mano a los que tienen enfermedades graves, a los que han perdido algún miembro de su cuerpo u órganos, dales una segunda oportunidad; sostén en tu regazo a los que padecen del corazón . Consiente a los que sufren de las enfermedades terminales.

Te pido Señor Amado por los que tienen cáncer, dales toda tu bendición. Ungelos con tu sangre bendita para que puedan aceptarla, llevarla y superarla con toda la fe de tu poder. Vuélvelos en evangelizadores de tu palabra.

Bendice a los ancianos enfermos que están cercándose más a tu gloria y que tengan el tiempo suficiente en preparar sus almas para ser recibidos como se debe. Consuela a sus familias para la despedida y que oren mucho por su salvación.

A toda persona que entra en cirugía, dale paz.

A toda persona que sale de cirugía, dale esperanza.

Bendice las manos que curan, cuidan y dedican su tiempo a los enfermos.

Señor de la Misericordia, ampáranos en tus brazos. Cúbrenos con tu agua y sangre bendita, líbranos del mal, aleja las enfermedades del mundo, ayúdanos a cuidarnos y valorar la vida. Ten Piedad de nosotros.

Señor Jesucristo, que para redimir a los hombres y sanar a los enfermos quisiste asumir nuestra condición humana; mira con piedad a N., que está enfermo y necesita ser curado en el cuerpo y en el espíritu.

Reconfórtalo con tu poder para que levante su ánimo y pueda superar todos sus males, y ya que has querido asociarlo a tu pasión redentora, haz que confíe en la eficacia de su dolor para la salvación del mundo. Tú, que vives y reinas por los si-glos de los siglos.

¡0h Dios!, de mi debilidad y mi fortaleza,

de mi tristeza y de mi alegría,

de mi soledad y compañía,

de mi incertidumbre y esperanza.

En la noche de mi enfermedad

me pongo en tus manos de Padre:

Alumbra esta oscuridad con un rayo de tu Luz,

abre una rendija a mi esperanza,

llena con tu Presencia mi soledad.

Señor, que el sufrimiento no me aplaste,

para que también ahora

sienta el alivio de tu Amor

y sea agradecido a la generosidad

de cuantos sufren conmigo.

¡Jesús, Jesús! Yo en la cama y Tú en la cruz. Yo en la cama, acostado; Tú en la cruz, clavado. Yo, la cabeza en blanda almohada; Tú, la tuya, de espinas coronada.

Yo, quejándome; Tú, animándome.

Yo, sin pensar que mis dolores unidos a los Tuyos, tienen un valor infinito.

Tú, anhelando sufrir más para pagar nuestros pecados.

Jesús, Jesús, yo en la cama y Tú en la cruz.

Jesús, creo en ti. Jesús, espero en ti. Jesús, voy a ti.

Cuando llega la dificultad y las pruebas, en los momentos de angustia, de duda o enfermedad, es bueno decir al Señor que seguimos creyendo en El.

1. Señor, Tú siempre me has dado

La fuerza necesaria, y, aunque débil,

Creo en Ti.

2. Señor, Tu siempre me has dado la paz de cada día, y, aunque angustiado,

Creo en Ti.

3. Señor, Tu siempre me has guardado en la prueba, y aunque estoy en ella,

Creo en Ti.

4. Señor, Tu siempre has alumbrado mis tinieblas, y aunque no tengo luz,

Creo en Ti.

Ayúdame, Señor, a obtener el fruto espiritual que Tú pretendes con esta enfermedad que me has enviado. Haz que comprenda que las enfermedades del cuerpo me ayudan a conseguir un conocimiento más perfecto del mismo, a desprenderme de todo lo creado y me invitan mediante la espontánea reflexión que trae consigo, sobre la brevedad de la vida, a trabajar con más empeño y seriedad en preparar mi alma para la vida futura donde no existe ni enfermedad ni pena, sino el eterno gozo de tu compañía.

Señor Jesús, aquel (aquella) a quien amas está enfermo (a). Tú lo puedes todo; te pido humildemente que le devuelvas la salud. Pero, sin son otros tus designios, te pido le concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.

En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que todos venía a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se esta sano.

Que yo sepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.

Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los demás me santifique, formándome en la abnegación y en la caridad.

Padre nuestro, que estás en los cielos, al igual Que el sol ilumina la tierra y le da color y vida, él Nos recuerda tu amor.

Porque es en ti en quien vivimos, Nos movemos y existimos.

De la misma manera que has estado entre nosotros muchas veces.

A la hora de la dificultad, en el pasado, continúa bendiciéndonos ahora con tu ayuda.

Mira, Señor, con bondad lo que se está haciendo en provecho mío.

Guía con sabiduría al médico y todos los que cuidan de mis necesidades.

Préstales tu fuerza curativa, para que me sea devuelta la salud y la fortaleza.

Y te daré gracias Por tu generoso y solícito cuidado. Por Cristo Nuestro Señor.

En esta tarde, Cristo del Calvario, Vine a rogarte por mi carne enferma; Pero al verte, mis ojos van y vienen de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza ¿Cómo quejarme de mis pies cansados, cuando veo los tuyos destrozados? ¿Cómo mostrarte mis manos vacías, cuando las tuyas están llenas de heridas? ¿Cómo explicarte a Ti mi soledad, cuando en la cruz alzado y solo estás? ¿Cómo explicarte que no tengo amor, cuando tienes rasgado el corazón? Ahora ya no me acuerdo de nada, huyeron de mi todas mis dolencias. El ímpetu del ruego que traía se me ahoga en la boca pedigüeña Y sólo te pido no pedirte nada, Estar aquí, junto a tu imagen muerta, Ir aprendiendo que el dolor es sólo La llave santa de Tu santa puerta.

Divino Arcángel Miguel

Poderoso Arcángel Miguel, guerrero de la luz, protégeme diariamente de todo mal. Rodéame con tu rayo azul. Aleja energías negativas y pensamientos de maldad emitidos hacia mi. Que tu espada corte malas vibraciones, tu armadura cubra mi pecho. Que los seres oscuros se abatan ante tu poderosa protección.

Concédeme ser portador de luz y valor en equilibrio. Quítame los velos de la ignorancia y hazme portador de conocimiento.

Que tu luz poderosa como el sol me proteja e ilumine en todo momento, humildemente te pido.


Divino Arcángel Gabriel

Divino mensajero de los preceptos divinos. Te pido me concedas inspiración para buscar la belleza en las etapas de la vida. Que sean como los ciclos de la luna, distintos, pero siempre hermosos. Aumenta mi intuición para saber qué sendero tomar. Que tu rayo blanco me ilumine para ser portador de luz. Que mi presencia sea grata, mis palabras amorosas y mis sentimientos elevados.

Abre mis ojos y mis oídos ante la manifestación de la grandeza de la divinidad.

Divino Arcángel Rafael

Arcángel médico, que tu omnipotente rayo verde recorra mi mente para producir pensamientos sanos e ideas orientadas al bien. Recorra mi cuerpo para mantenerlo en plenitud y buen funcionamiento y se expanda en mi espíritu para que esté siempre en contacto con seres de vibraciones elevadas. Si he de enfrentar la enfermedad mía o de algún ser querido, entonces, divino arcángel Rafael, te pido intervengas con tu divina energía de sanación.

Que mi corazón produzca sentimientos de libertad y desapego. 

Madre querida, Virgen María: asísteme y bendíceme en mi enfermedad y haz que en medio de nuestros dolores y angustias, me sienta reconfortado por ti y unido a tu hijo Jesucristo en su Cruz. 

Virgen Santísima, tú que conoces el sufrimiento, reanima mi fe, cúbreme con tu manto protector, pues eres mi fortaleza y esperanza de alcanzar el alivio en los padecimientos. 

Señora mía, socórreme en la hora del dolor, protégeme de la desesperación, infúndeme esperanza. Enséñame a cumplir la misteriosa voluntad de Dios y a alabar y bendecir su nombre. 

Amen.

PBRO. ANDRES CÁRDENAS.

GLORIA, CREDO, PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, SALVE Y MAGNÍFICAT.


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