11 feb 2014

ORACIÓN PARA PEDIR PROSPERIDAD.


El Señor es mi pastor, nada me falta. 
Por prados de fresca hierba me apacienta. 
Hacia las aguas de reposo me conduce, 
y conforta mi alma; 
me guía por senderos de justicia, 
en gracia de su nombre. 
Aunque pase por valle tenebroso, 
ningún mal temeré, porque Tú vas conmigo; 
tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.
Tú preparas ante mí una mesa
frente a mis adversarios;
unges con óleo mi cabeza,
rebosante está mi copa.
Sí, dicha y gracia me acompañarán
todos los días de mi vida;
mi morada será la casa
a lo largo de los días.

Abre nuestros ojos, Señor,
para que podamos verte a ti
en nuestros hermanos y hermanas.
Abre nuestros oídos, Señor,
para que podamos oír las invocaciones
de quien tiene hambre, frío, miedo,
y de quién está oprimido.
Abre nuestro corazón, Señor
para que aprendamos a amarnos los unos a los otros
como tú nos amas.
Danos otra vez tu Espíritu, Señor,
para que nos volvamos un sólo corazón y una sola alma
en tu nombre.

Padre mío, te doy las gracias.
Tú no me das una piedra cuando te pido pan.
Jamás lo harías porque eres
un padre amoroso.
Padre mío, te doy las gracias
porque tienes contados todos los cabellos de mi cabeza,
de manera que hasta las cosas más pequeñas
pasan por tus manos
y han de bendecirme y hacerme bien.
Padre mío,
te doy las gracias
porque soy tu hijo, y por eso
ningún bien puede faltarme.
Padre mío, te doy las gracias
porque eres el Padre misericordioso
y el Dios de todo consuelo.
Tu corazón me abre las puertas
cuando estoy en necesidad.
Padre mío, te doy las gracias
porque tu corrección
no es más de lo que puedo soportar.
Padre mío, te doy las gracias
porque tu sabes lo que es bueno,
saludable y beneficioso para mi,
por eso se que la forma en que me guías
siempre es la mejor para mi.

Padre mío, te doy las gracias
porque escuchas cada petición de tus hijos
y ninguna de sus oraciones son des oídas.

Padre mío, te doy las gracias
por ser el mejor de los padres,
compasivo, clemente
y lleno de bondad y paciencia con tu hijo.

Padre mío, te doy las gracias
porque nada puede sucederme,
excepto lo que tu permitas,
porque todo viene de ti
y lo usarás para mi bendición.

Padre mío, te doy las gracias
por alegrarte de hacer el bien a tus hijos.
muchas gracias porque puedo contar contigo
en todas mis necesidades.

Padre mío
¿Quién me ama como Tú?
¿Quién me cuida como Tú?
¿Quién me guía por el camino correcto como ?Tú
¿Quién me sobrelleva con la misma paciencia que Tú?
¡Nadie en la tierra,
ni ahora ni en la eternidad!

¡Señor, ya no soy más un niño! Tengo la impresión de que estoy llegando a la plenitud de mis días. Mi hogar, mis hijos, mi mujer, mi trabajo, me dicen que ya realicé alguna cosa. Hoy dirijo mis ojos hacia los hijos que Tu bondad me concedió. ¡No puedo esconder la alegría incontenible de ser padre! Cuando nació mi primer(a) hijo(a), mi corazón casi explotó de alegría. Después vinieron otros y otros, y la alegría continuó.

¡Señor, en este día yo te doy las gracias por los hijos que me diste! No puedo esconder, en esta hora, una cierta preocupación. ¡Ellos son tan frágiles, tienen tantas riquezas escondidas en esa fragilidad!

De noche, cuando están durmiendo, voy a contemplarlos en su dormitorio. Cierro mis ojos y pienso en el futuro. ¿Quiénes serán ellos? ¿Qué les reserva la vida? Quiero ser amigo de mis hijos, quiero escucharlos, quiero servir a cada uno de ellos. Quiero reír cuando estén riéndose. Quiero llorar con ellos.

Señor, haz que yo sepa respetar la personalidad de cada uno de ellos. Haz, Señor, que yo sea paciente y comprensivo. En este día, imploro tus más ricas bendiciones para los hijos de mi vida.

Padre Bueno, te pido que bendigas a mi familia,
mis hermanos, amigos, sobrinos y a toda la humanidad
Te pido, les reveles nuevamente
Tu amor y Tu poder.
Espíritu Santo, te pido que seas la guía para sus almas.

Donde hay dolor, dales Tu paz y Tu misericordia.
Donde hay dudas, renuévales la confianza.
Donde hay cansancio, te pido que les des entendimiento, paciencia, y
fuerza para amarte.
Donde hay estancamiento espiritual, te pido que les reveles tu
cercanía, para un nuevo comienzo en la fe.
Donde hay miedo, revélales Tu amor y transmíteles tu fuerza.
Donde hay pecado bloqueando sus vidas, haz que este desaparezca.
Bendice sus finanzas, concédeles mas visión de Ti,
que tengan el apoyo de amigos para darles fuerza y valentía.
Concédeles a cada uno discernimiento para
poder distinguir las fuerzas negativas que pudieran afectarlos,
Revélales el poder que tienen en Ti para superarlo.
Te ruego me concedas estas peticiones en el nombre de Jesús nuestro
único Salvador.

Te adoramos y te glorificamos,
Padre omnipotente, rico en gracia y misericordia.
Te pedimos conocer
y comprender a tu Hijo Jesús como el Mesías,
Hijo de David, heredero de su trono,
Rey de Reyes, Señor de los Señores,
así como poderlo amar y adorar como Dios
y seguirlo como el Salvador de la humanidad.
Haz que fijemos nuestros ojos en El
y lo contemplemos,
para poder conocerte y entenderte a Ti,
oh Padre amadísimo y justísimo,
y el amor con que has amado al mundo
desde el principio,
amor que se dirige a todos los hombres de la tierra
y que envuelve también nuestra misión.
Te lo pedimos oh Padre,
por tu Hijo Jesucristo, Nuestro Señor,
en la unidad del Espíritu Santo.

Haz de mí lo que quieras.
Hagas lo que hagas, te lo agradezco.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo.
Hágase tu voluntad en mí
y en todas las criaturas.
Esto es todo lo que quiero, Señor.
En tus manos, Señor, encomiendo mi alma.
Te lo agradezco con todo el amor de mi corazón
porque te quiero, Señor.
No puedo menos de ofrecerme a mí mismo,
de entregarme en tus manos,
sin reservas y con ilimitada confianza,
porque tú eres mi Padre.

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro,
haya sido abandonado de Vos.
Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de vírgenes,
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante Vos.
Oh Madre de Dios,
no desechéis mis súplicas,
antes bien escuchadlas y atendedlas benignamente

Divino Arcángel Miguel

Poderoso Arcángel Miguel, guerrero de la luz, protégeme diariamente de todo mal. Rodéame con tu rayo azul. Aleja energías negativas y pensamientos de maldad emitidos hacia mi. Que tu espada corte malas vibraciones, tu armadura cubra mi pecho. Que los seres oscuros se abatan ante tu poderosa protección.

Concédeme ser portador de luz y valor en equilibrio. Quítame los velos de la ignorancia y hazme portador de conocimiento.

Que tu luz poderosa como el sol me proteja e ilumine en todo momento, humildemente te pido.

Divino Arcángel Gabriel

Divino mensajero de los preceptos divinos. Te pido me concedas inspiración para buscar la belleza en las etapas de la vida. Que sean como los ciclos de la luna, distintos, pero siempre hermosos. Aumenta mi intuición para saber qué sendero tomar. Que tu rayo blanco me ilumine para ser portador de luz. Que mi presencia sea grata, mis palabras amorosas y mis sentimientos elevados.

Abre mis ojos y mis oídos ante la manifestación de la grandeza de la divinidad.

Divino Arcángel Rafael

Arcángel médico, que tu omnipotente rayo verde recorra mi mente para producir pensamientos sanos e ideas orientadas al bien. Recorra mi cuerpo para mantenerlo en plenitud y buen funcionamiento y se expanda en mi espíritu para que esté siempre en contacto con seres de vibraciones elevadas. Si he de enfrentar la enfermedad mía o de algún ser querido, entonces, divino arcángel Rafael, te pido intervengas con tu divina energía de sanación.

Que mi corazón produzca sentimientos de libertad y desapego.

Rompo toda misión del enemigo en contra de mi economía, en el nombre de Jesús.
Rompo toda maldición de pobreza, carencia, duda y fracaso en el nombre de Jesús.
Busco primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura.
Señor, enséñame a sacar provecho y a encaminarme por el camino que debo ir.
Tú eres Dios, Dueño de todo mi proveedor. Eres el Señor que da más que suficiente. Hay bienes y riquezas en mi casa porque te temo y me deleito en gran manera en tus mandamientos. La bendición del Señor sobre mi vida me hace rico. Soy bendecido en mi entrada y mi salida. Soy siervo de Dios y Él se complace en mi prosperidad. Jesús, tú te hiciste pobre para que por medio de tu pobreza yo pudiera ser prosperado. Medito en la palabra de día y de noche, para que lo que sea que haga prospere. Sea la paz dentro de mi palacio. Doy y se me dará en medida buena, apretada, remecida y rebosando. Abre las ventanas del cielo sobre mi vida y recibiré más de lo que puedo almacenar. Que tus lluvias de bendición caigan sobre mi vida. Que abunde en mí toda gracia, a fin de que tenga siempre en todas las cosas todo lo suficiente, y abunde para toda buena obra. Amo la sabiduría, tengo mi heredad y mis tesoros son llenados.

AMEN.


PBRO. ANDRES CÁRDENAS.
GLORIA, CREDO, PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, SALVE Y MAGNÍFICAT.

No hay comentarios:

Publicar un comentario