27 feb 2016
Pierre Bourdieu: "También soy consciente de que al llamar a los investigadores, como hago aquí, a movilizarse para defender su autonomía y para imponer los valores vinculados a su oficio me expongo a inquietar a aquellos que, eligiendo las facilidades virtuosas del aislamiento en su torre de marfil, ven la intervención fuera de la esfera académica como una peligrosa infracción a la famosa 'neutralidad axiológica', identificada erróneamente con la objetividad científica, y a ser mal interpretado, es decir condenado sin examen, en nombre de la misma virtud académica que pretendo defender contra sí misma. Pero estoy convencido de que hay que hacer entrar a toda costa en el debate público, del que se han ausentado trágicamente, las conquistas de la ciencia –y devolver de pasada a la prudencia a los ensayistas charlatanes e incompetentes que ocupan permanentemente la prensa, las radios y las televisiones–; se liberaría así la energía crítica que permanece encerrada en los muros de la ciudadela de los sabios, en parte por una virtud científica mal entendida que prohíbe al 'homo academicus' mezclarse en los debates plebeyos del mundo periodístico y político, y en parte por los efectos de los hábitos de pensamiento y de escritura que hacen que los especialistas consideren más fácil y más gratificante, desde la perspectiva de los logros típicamente académicos, reservar los productos de su trabajo a publicaciones científicas que sólo son leídas por sus semejantes" («Contrafuegos 2. Por un movimiento social europeo»; Barcelona: Anagrama, 2001, páginas 9-10).
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