“La metafísica del huevo”.
L.A.C.C.
Los conceptos de ser, existir y esencia que no es
contemporáneo hoy en día, es un sobreviviente en el estilo lingüístico y
teórico. A nivel cultural es
protagonista en el ámbito académico, científico y metafísico ya que concretiza
lo que es real, punto de encuentro entre lo pensado y lo hecho, lo
que esta en acto.
Estar en acto, es decir algo con sentido, es estar en
movimiento, es un instante de sentido, es el verdadero presente. Para entender
esto lo podemos análogar con un huevo, su esencia es la yema, la existencia es
la clara y su ser es todo el huevo.
Observando históricamente la filosofía del ser, Parménides[1] es quien
inicia a observar la realidad en este sentido llamando a su obra Sobre la naturaleza, es la única
conocida de este filósofo griego, interpretada como un tratado sobre el ser y
desde la antigüedad es vista como poema, pues anuncia una “física” que presenta
ciertas dificultades y confusiones en el ámbito filosófico de esta época[2].
Recordar esta reflexión sobre el Ser de la naturaleza, que es
densa en imágenes y símbolos importantes como por ejemplo:
Unos caballos llevan a un joven, que habla en su propio
nombre, hasta la puerta “que guarda los caminos de la Noche y del Día”.
Explica que al joven le abre la puerta (la justicia) y a
continuación es recibido por la diosa de la verdad, que le enseña todas las
cosas, distinguiendo siempre entre la “verdad de hermoso círculo” y la opinión
(doxa)[3].
Los fragmentos que continúan son dos rutas opuestas la del
ser y la del no ser[4].La primera
es la del pensamiento, “porque el pensar y el ser son la misma cosa”
Con el prólogo el ser es pensado al margen de toda generación y corrupción,
inmóvil, idéntico a sí mismo, limitado y acabado por completo (en el
pensamiento griego, lo ilimitado es lo informe, el no ser), “semejante
a la masa de una esfera bien redondeada, igual en todas direcciones a partir
del centro”.
El paso a la otra ruta, la del no ser, es un escrito
consagrado a la naturaleza, presentado como de lo inteligible a lo sensible,
o de la verdad a la opinión (según Simplicio). Pero deja sin resolver
el problema de su significado, como observó Simplicio pues por qué consagra su poema a la
naturaleza después de haber escrito sobre el no ser que “resulta un camino
totalmente negado para el conocimiento, dado que no podrías jamás llegar a
conocer el no-ser —cosa imposible— y ni siquiera expresarlo con palabras”
(fragmento 2)[5].
Enrico Berti en su libro de
estudios aristotélicos resalta al respecto, que en Parménides[6] se da una ambigüedad entre
el nivel
conceptual y el lenguaje ontológico. La dimensión ontológica es
dominante tanto para someter a todos los demás aspectos de la filosofía,
incluido el propio pensamiento que puede decir que "es." Cualquier
otra cosa que quiere dar lo predicó, pensaría el no-ser, sino como no-ser no
es, la idea sería incompatible y, por tanto caer en el error e incluso los
cinco sentidos caen en falsos testimonios, víctimas de una ilusión, haciéndonos
creer que existe[7].
Platón, Aristóteles, y toda la
filosofía griega, trabajan en forma gradual este
principio, dejando un legado a la filosofía de lo que se considera el problema
por excelencia, “el problema de la existencia en la máxima extensión de su concepto”.
Con Leucipo y Demócrito, el ser, que
Parménides había teorizado es cuestionado, se degrada debido a la multiplicidad
de un número infinito de átomos que sólo conservan el carácter indivisible del
ser, pero que son simples elementos de un universo concebido materialisticamente. La
ontología, Demócrito la define de la siguiente manera: "Principios
de todas las cosas son los átomos y el vacío, y todo lo demás es opinión
subjetiva, hay infinitos mundos, que se generan y corruptibles, ya que nada no
es nada que no puede perecer y disolver a la existencia.”
Platón se mantuvo
bastante fiel a la ontología de Parménides, distingue los términos de la lógica
dialéctica, en un intento de reconciliar la idea de estar con un sentimiento
que no se reduce a una mera ilusión. Las ideas para Platón son la verdadera
realidad, mientras que la naturaleza material es algo sin forma, mezclado con
el no-ser, que tiene como objetivo dar una "forma".
Platón concibe de esta manera la
ontología de forma jerárquica, de un máximo a un mínimo de bienestar[8], sin que por ello se rompa la univocidad
del ser, en Platón lo que se enfoca es la posibilidad de decir y pensar[9].
Aristóteles describió la
ontología (aunque sin usar ese término) como "la ciencia de ser condición de ser."
La palabra en lo que respecta a la aparición de lo que significa. Según esta
teoría, es la ciencia de la ontología con respecto a la apariencia de ser, o el
estudio de los seres en la medida en que existan. Escribe en el libro IV de la Metafísica: "Hay una ciencia del
ser en cuanto ser....”
El término se utiliza en muchos
significados, pero en cualquier caso se refiere a una realidad y sólo la
naturaleza de uno. “Ser una sola ciencia necesaria para estudiar la sustancia,
la ontología es "el estudio de los seres humanos", entonces
"todo" se convierte en el objeto de la ontología. Y todo esto
"que es" necesario conoce los principios y causas.
“El conocimiento de las sustancias y de
los principios y las causas de Aristóteles es la "filosofía primera",
antes de cualquier desarrollo ulterior de la especulación en los campos de la
ética y la lógica”[10].
Aristóteles introdujo una ruptura estableciendo la plurivocidad
del ser[11], Al igual que sucede con la mayoría de
los presocráticos, existen dos maneras opuestas de considerar a Parménides,
como el verdadero comienzo de la filosofía o por el contrario, como en el caso
de Martin
Heidegger que la filosofía es el enmascaramiento de este pensamiento. Incluso la
ontología de Aristóteles es más importante que las dimensiones de la lógica
y la experiencia, es la intuición
intelectual, sólo para poder acceder a él.
En el Estoicismo será la
primera orden dada por Dios, que está presente en todo. Por tanto, es divino,
es necesario, racional, perfecto y eterno. Se trata de un principio divino
inmanente en el cosmos mismo, que se difunde, el orden y racionalizar el mundo
es una especie de "organismo mundial." Dios es la
inteligencia y el poder y, al mismo tiempo el orden (taxis), la razón (logos)
y la necesidad (Ananké). La ontología
estoica, basada en la presencia de un principio espiritual que es pneuma
(aliento) que guía el universo y tiene una planta inteligente en segundo lugar,
se opone al materialismo epicúreo, que es lugar dominado por un mecanismo ciego
y rígido[12]. Hasta este punto el ser,
el existir y la esencia, se desvelan entre lo ontológico y lo teológico[13].
Para el Neoplatonismo es
importante recuperar la concepción de Parménides de la unidad de todo. El
Uno de Plotino, e incluso más allá de ser y por lo tanto sigue siendo
trascendente a él. Al igual que en Platón, la dialéctica que se estratifica los
niveles ontológicos como una escala contra
la ventaja de dos procesos, en el sentido de ir hacia el Uno lo primero,
el otro para alejarse de él estar en la cumbre y la tercera hipóstasis divina,
intelecto y el alma para formar la realidad inferior los seres humanos,
animales, plantas, objetos inanimados[14].
“Ya en la Filosofía Medieval con la
metafísica Aristotélica, especialmente en las escuelas, la ontología se estudia
en relación a la teología, en particular con respecto a algunas cuestiones
clave relativas a Dios (existencia, unicidad, las relaciones con el
mundo y con el hombre). La escuela
hizo una revisión a fondo de los conceptos clásicos, que combina,
relaciona la tradición de Platón y Aristóteles con los valores de la fe
cristiana. En la Escuela también la terminología filosófica es reformada, y por lo menos hasta el
siglo XVII se utiliza ampliamente. Primer Motor Inmóvil es Infinitamente
Ilimitado”.[15]
Descartes ya en el siglo
XVII, revivió el tema en una nueva clave (aunque algunos no lo consideran
cierto) para demostrar sin lugar a dudas (performatividad) crítica de la
afirmación, "Cogito ergo sum". Luego retomó el tema en la existencia
ontológica fundamental[16], pero al caer profundamente
crítica del solipsismo: con el pensamiento lógico sería capaz de deducir por sí
mismo, sin necesidad de abrir a una dimensión trascendente (marco de Pascal para usar Dios como un medio y no
como un fin)[17].
En la obra de Emanuel Kant no se le da
un tratamiento sistemático a los problemas ontológicos, desde las categorías
del ser se toman las formas a priori del pensamiento y no las determinaciones
del ser. Sin embargo, la teoría kantiana es simbólicamente centrada en el
rechazo de la prueba ontológica de la existencia de Dios. Kant afirma, "Sein ista kein prädikat reales",
que de acuerdo a su sistema de clasificación debe distinguir el uso del verbo
ser como atributiva ("S es P") y como existencial ("S"). La
existencia tanto, no es un "predicador" de una institución. Tenemos
el concepto de Dios, su esencia, en el pensamiento, pero no podemos traducir
este conocimiento intelectual en una prueba real de su existencia.
A diferencia de las categorías
aristotélicas, que tienen un valor que es ontológico como epistemológico, que
son formas de ser y de pensar, las categorías kantianas tienen un único objetivo
trascendental-epistemológico, como formas a priori del entendimiento que no se
aplican al sentido ontológico, pero sólo para el pensamiento en un sentido
lógico, que le valió la acusación de fenomenismo por sus contemporáneos, según
Kant, de hecho, ser educado no es la intuición intelectual inmediata (que
Platón y Aristóteles fue la cumbre del conocimiento), pero limitó el alcance
del fenómeno se reduce, lo que entonces lleva el argumento a través de
las categorías, su función crítica y el mediador. Kant fue acusado,
básicamente, de vaciar la dimensión ontológica, con la razón crítica sobre la
intuición[18].
Hegel en el idealismo
alemán desarrolla este tema. La dimensión ontológica de Hegel se vuelve
totalmente sumisa a lo epistemológico. Con la afirmación de que "todo es
real es racional, todo lo racional es real", y su dialéctica tríadica,
Hegel afirma la posibilidad del conocimiento absoluto, como el
"espíritu" (ser) lógicamente comprensible. El realmente expulsa la
ontología de la filosofía, en el supuesto de que la idea sería capaz de
justificar. El Parménides estático se convirtió en dinámico, y lo que hizo fue
romper en la fabricación en la lógica aristotélica de la no-contradicción,
asegurándose de estar con su opuesto, con el no-ser. La ontología hegeliana no
es la dimensión intuitiva y trascendente de la que fluye el pensamiento (como
lo fue en la filosofía clásica), pero se coloca al final es el resultado de una
mediación, un proceso lógico[19].
“Este problema ontológico de Hegel, en
sus posibles ramificaciones, se convirtió en el núcleo de muchas filosofías que
continuaron”[20].
En la primera mitad del siglo XIX se da
el renacimiento de Aristóteles, en gran parte como resultado de la obra de
Frederick Adolf Trendelenburg y sus estudiantes (especialmente Bonitz, Prantl y
Brentano). Esta recuperación de la tradición aristotélica, no sólo a través de
ediciones críticas, sino también con una recreación de una manera sistemática,
va en el pensamiento de Trendelenburg a una crítica de Hegel y un compromiso
crítico con Kant.
En particular, Trendelenburg ofrece una
nueva interpretación de las categorías lingüísticas y gramaticales de
Aristóteles. Que corresponden con el sujeto gramatical y la sustancia a la
categoría de ser, las otras categorías corresponden a los accidentes y los
predicados en el sentido más amplio.
Trendelenburg dirige también a una
recuperación de la lógica aristotélica, en contra de la (formal) y Kant
(dialéctica) de Hegel. En su concepción del mundo orgánico (concepción orgánica
del mundo), basada en Aristóteles, juega un papel fundamental el concepto de
movimiento que unifica ser constructivo y el pensamiento. Por otra parte, en
contra de Kant, las formas de pensamiento se consideran estrechamente
vinculadas a la realidad y por lo tanto subjetivo y objetivo[21].
Franz Brentano continúa el
desarrollo de la filosofía. Su tesis de Aristóteles da testimonio de la
influencia, no sólo aristotélica sino también de la escolástica medieval y el
tomismo. De hecho, girando más hacia la psicología con su obra posterior, La
psicología de Aristóteles y la Psicología de un punto de vista empírico, vuelve
a introducir la idea, aunque modificada, como una característica fundamental de
la intencionalidad de la conciencia en la filosofía contemporánea. Los actos
intencionales se basan en el análisis, de hecho, en un acto de conciencia puede
distinguir el objeto que se vaya y el objeto que se vaya trascendencia
inmanente.
Para Brentano básicamente sólo lo
inmanente es real como la parte real de dicha ley, cuando la evidencia es
innegable. Después de Trendelenburg, Brentano se conecta a la materia y clases
de idiomas para el predicado, que propone una profunda reforma de la escuela
aristotélica, basada en la lógica, donde el tipo básico de retroalimentación es
existencial. Existencial afirmativa en un caso reconocido la existencia de un
objeto y sólo entonces pueden estar relacionadas con propiedades a través de la
predicación categórica. En la última fase de su pensamiento y luego aterrizará
en realismo Brentano, que acepta sólo los objetos que existen actualmente, y
rechazó cualquier tipo de objetos irreales, o proposiciones en sí mismos
objetos de orden superior.
Entre los estudiantes de Brentano, Carl
Stumpf fue introducir en sus clases de lógica en 1888 un concepto fundamental
para el desarrollo de la ontología, la idea del "estado de las
cosas": Sachverhalt. Stumpf nota
la necesidad de distinguir entre el objeto de que algo se basa en un caso de
"S es P", su tema, y el contenido de la prueba en sí, el sachverhalt.
Siguiendo su ejemplo, al juzgar
"Dios existe" es necesario distinguir el tema "Dios" en el
estado de las cosas, "la existencia de Dios." ontología de Brentano
es equivalente a distinguir el contenido del procedimiento por la mera
presentación de contenidos. El sachverhalt
es el correlato ontológico de un proceso y como tal juega un papel importante
en varias generaciones posteriores de filósofos, entre otras cosas Wittgenstein
del Tratactus, el joven Husserl
y Reinach
Adolfo. La distinción entre el contenido de las actas de la simple
presentación de contenidos, es decir, la materia y sachverhalt, se hará por Meinong como la distinción entre el objeto
y objetivo[22].
Alejo Meinong distingue tres modos
de ser: la existencia (Existenz),
la existencia
o consistencia (Bestand) y se
les ha dado (Gegebenheit).
“El primer caso consiste en los objetos
ordinarios de concreto (por ejemplo, árboles), el segundo de los objetos
abstractos o lógicamente posible (por ejemplo, números), el tercero de los
objetos lógicamente imposible (por ejemplo, el círculo cuadrado)”.
En este contexto, Meinong también
identifica los objetos de orden superior o de objetos en función, dependiendo
de los objetos de orden inferior (por ejemplo, informes, complejo Gestalten). Según Meinong pueden
distinguir cuatro clases de actividades mentales:
“la presentación (das Vorstellen),
pensar (das Denken), sensación (das fühlen) y el deseo (das Begehren)”.
Por el lado de la ontología
corresponden a estas cuatro clases de objetos: Deseo "objetos" (Objekt), "objetivo" (Objectiv), "digna" al igual
que Brentano, no podemos hacer algo sin la presentación de los diferentes tipos
de presentación y las actividades basadas en ella corresponden diferentes tipos
de objetos. Para Meinong se puede producir no sólo lo que no existe, sino
también el estatus ontológico del objeto, independientemente de si o no un
objeto corresponde por objeto trascendente inmanente. Acerca de estas clases se
basa Gegenstandstheorie de Meiong,
que quiere ser una ontología en el sentido de una ciencia de los objetos.
Esta ciencia, como objeto de la ciencia
como un objeto es la ciencia de la institución como una entidad, con
independencia de su ser, ya que también están cubiertos los objetos "más
allá del ser y el no ser”[23].
Respecto a la esencia, el existir y el
ser, hasta este punto podemos conocer como su conceptualización va cambiando.
De lo ontológico a lo lógico, vislumbrando la finalidad, la situación
teleológica dentro del lenguaje humano. Edmund Husserl desarrolló una
concepción de la ontología formal, que incluye las matemáticas, la lógica
formal porque no es la ontología del estudio del ser en cuanto ser, es la
ontología como una entidad de estudio, es decir, no ser demasiado distante de Wolff,
el estudio de las propiedades comunes a todas las instituciones como sea posible.
El Estudio de la Ciencia en lugar
especializado ontologías regionales, es decir, instituciones de un tipo
determinado, un subconjunto de las instituciones. Los objetos pueden ser
simples o complejos, es decir, tienen partes. Estos partidos pueden ser
independientes (unidades) o empleados (momentos) y la dependencia puede ser
mutua (por ejemplo, color y extensión) o unilateral (el procedimiento y la
presentación).
En el caso de los empleados, las partes
a la que pertenecen también se llaman bases, y los objetos de orden superior
(por ejemplo, Gestalten) también se llaman "basadas en el contenido".
La ontología
formal está estrechamente relacionado con la lógica formal, donde una
de estas categorías de objetos, la otra es la categoría de significados.
Después de encender la ontología trascendental es una parte natural del punto
de vista fenomenológico como objeto relacionado, implícita en las ciencias
naturales. La ontología fundamental, sin embargo, se convierte en la
conciencia, que exhibe una trascendencia en la inmanencia, que no se reduce aún
más desde la época. Lo trascendente es que se trajo de vuelta (re-ducir), en su
fundamento, no en tiempo real psicológicamente como inmanente en Brentano, pero
el ser absoluto de la conciencia[24].
Heidegger es sin duda digno
de nota por su texto más famoso, "Ser
y Tiempo" en el que hace una distinción radical entre la existencia óntica
y ontológica, o entre en una "presencia" (el cuerpo), y el ser en
cuanto ser. El propósito de su pensamiento, sobre todo en la primera
obra de teatro fue una "ontología fundamental". Esta ontología se
basa en la diferencia ontológica entre el ser y el cuerpo, lo que muestra
claramente la irreductibilidad de ser único existente.
La ontología es crucial para el
pensamiento de Heidegger como lo que se expresa, o restar, en esencia.
Heidegger utiliza la palabra en este sentido Lichtung, que propiamente significa "claro", y de hecho
está es la compensación de los seres. Es la forma de hacer frente al problema,
relacionado con el lenguaje, la necesidad de desarrollarlo libremente de
compromisos con la metafísica tradicional. Tras el "giro lingüístico"
y, en general con toda la filosofía contemporánea, el problema de que se ha
asumido diferentes formas e interpretaciones, a menudo se encuentran
aplicaciones prácticas en algunas disciplinas[25].
LISANDRO ANDRES CARDENAS CARRERO.
[1] Parménides fue el primero en sostener la
superioridad de la interpretación del mundo y negar la veracidad de la
percepción sensible.
[2] Al establecer los términos de un discurso
sobre el ser, la filosofía de Parménides
no dejará nunca de ser comentada. La primera reflexión fue ofrecida por Platón,
principalmente en El Sofista, donde el extranjero de Elea evoca al parricida
(aunque pide que no sea considerado como tal), al plantear que, de alguna
manera, el ser no es y el no ser es.
[3] El verdadero conocimiento de la opinión es un
problema en este tiempo y aun, por las condiciones reunidas para hablar de
verdad. La contraposición puesta por Parménides entre verdad (aletheia) y
opinión doxa, es el tema clásico del pensamiento occidental. Porque la opinión
se basa en datos sensibles y perceptibles, y la verdad es la convicción sobre
argumentos racionales.
[4] Ser es el término fundamental del pensamiento,
su ambigüedad nace en el hecho que puede ser usado en modos distintos, como
forma verbal (Sócrates es...). Usar una palabra como atributo no es exclusivo
del verbo ser, otras nociones pueden llegar al mismo nivel de tratamiento
lingüístico como bello, uno, cosa, bueno y verdadero, que es adjetivo o
sustantivo.
[5] Este discurso sobre la naturaleza está formado
por parejas de opuestos que indican seguramente la influencia pitagórica.
[6] Padre de la ontología 505-504 a.C,
perteneciente a los pre-socráticos fue el primero en abordar la cuestión del ser
en su totalidad, abordando el problema en su génesis.
[8] Cf. Ibíd., p. 68 - 72.
[9] E. BERTI
aborda este tema, desde las diversas categorías del ser como convención
lingüística, la comunicación del ser como verbo. Per se - per accidents, vero -
falso, esistere - esencia, potencia y acto. Las significaciones de las
categorías, Aristóteles distingue otros cuatro usos y significaciones del verbo
ser (Metafísica, V, 7): ser expresando que algo ocurre casualmente,
accidentalmente (kata symbebekós); ser en las distintas figuras en la
predicación (categorías) que, por sí mismas, expresan otras tantas significaciones
de ser; ser en el sentido de es verdadero, es verdad, y no es en el sentido de
es falso; y ser como lo que es en potencia y lo que es ya plenamente realizado,
en acto.
[11] Cf. Ibíd, p. 89 - 91.
[14] Cf. Ibíd., p. 160 – 161.
[15] Cf. Ibíd., p. 174 – 212.
[16] De cada teoría se dice un postulado frente al
hombre, nace una idea, una competencia o actitud; la doctrina de la anamnesis
resurge en la moderna posición de Cartesio.
[18] Cf. Ibíd., p. 321 – 338.
[19] Según Hegel, el ser puro es un concetto
privado de contenido al punto de encontrarse con el no ser. La identidad del
ser es nada es una contradicción dialéctica que encuentra su justificación en
el devenir, síntesis de encuentros.
[21] Cf. T., FRIEDRICH ADOLF, Historische
Beiträge zur Philosophie. Vol.
1. Bethge, Berlín, 1846 p. 33.
[22]C.f M. GONZÁLEZ, La superación del idealismo y
los orígenes de la filosofía contemporánea. Doispontos, 2005 p. 35–59.
[23] Barry Smith
"Logica Kirchbergensis" in P. Klein, ed., Praktische Logik.
Traditionen und Tendenzen, Abhandlungen eines Seminars beim 13. Internationalen
Wittgenstein-Symposium, Kirchberg am Wechsel 1988, Vandenhoeck & Ruprecht,
Göttingen, 1989, p. 123 -145.
[24] Arkadiusz
Chrudzimski Gegenstandstheorie und Theorie
der Intentionalität bei Alexius Meinong. Springer, Boston
2007, p. 144.
[25] Heidegger, precisamente, comentó a Parménides
hasta en sus últimos escritos o conferencias: hay que pensar la tautología
parmenidiana (“el ser es”). Pero esta afirmación suscita lecturas muy diversas.
La interpretación de Étienne Gilson[25] es opuesta a la de Heidegger:
hay que evitar en Parménides el anacronismo de una ontología abstracta;
Parménides es un “físico” que contempla el “ser que es” (el siendo)[25] .
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