La [1] madurez filosófica es un evento intelectual de gran importancia para la vida de
un estudiante de filosofía, porque allí el confronta su conocimiento con la
realidad, su capacidad de interpretarla y definirla, mas aun transformarla a
través de la contemplación filosófica. Como los antiguos filósofos, vence el
miedo a hondar en su misma existencia y a penetrar su esencia, sin quedarse en
una admiración fantasiosa como Jostein Gaarder[2] lo
plantea en su libro el mundo de Sofía.
Es conocer los
principios sobre los que se mueve la realidad humana y social. Entender la
filosofía es entender en que consisten los problemas, para muchos no hay
problemas en este mundo. Las soluciones son un segundo tiempo, la misma
exegesis filológica le dará claridad, un pensador estudiado se mide en el
discurso; conociendo la dificultad que atormenta, que la desarrolla, la afronta
y que la propone.
Ser patrón del pensar
es ser ingeniero de la vida, investigar como el medico que quiere encontrar la
cura para una enfermedad. Sea en la física como en la matemática, en lenguaje
como la cultura, la hermenéutica como la semiótica. Su objeto es encontrar el
sentido de eso que esta ahí arrojado en el espacio, en el tiempo y en la mente.
Es colocarse al interno de la filosofía y al externo en nuestra mente, te mejorara o
empeorara tu capacidad de pensar y repensar la realidad, la creatividad, la
memoria y la fantasía.
[1] La madurez significa conocimientos,
aptitudes, habilidades o de unas capacidades físicas determinadas. Se usa como
herramienta para determinar la idoneidad de alguien para la realización de una
actividad o el aprovechamiento de unos estudios. Puede ser realizado de forma
oral (examen hablado ), en papel (examen escrito), con ordenador, en un entorno
controlado (como en determinadas pruebas físicas) o en un entorno abierto (como
en un examen de conducción), en un período definido de tiempo bajo supervisión.
Puede componerse de varias preguntas, cuestiones, ejercicios o tareas a
realizar que tienen asignados unos valores en puntos. Los exámenes pueden
variar en estilo, rigor y requisitos previos. Por ejemplo, en una prueba de
libro cerrado el tomador de la prueba a menudo debe usar la memoria para responder
a temas específicos, y en una prueba de libro abierto el tomador de la prueba
puede usar una o varias herramientas complementarias, como un libro de
referencia o una calculadora para responder. Un examen puede ser realizado de
manera formal o informal. Un ejemplo de prueba informal sería una prueba de
lectura realizada por un padre a un niño. Un ejemplo de una prueba formal sería
un examen final administrado por un profesor en un aula. Las pruebas formales a
menudo resultan en una calificación en las pruebas. La calificación de la
prueba puede ser interpretada en relación a una norma o criterio. La norma
puede ser establecida independientemente o por análisis estadístico de varios
individuos. Un examen rápido (quiz en inglés) usualmente tiene menos preguntas
que un examen, ofrece preguntas de menor dificultad y se puede resolver en
menos tiempo. Puede dividirse en varias secciones, cada una cubre un tema o
tiene una forma diferente de preguntar sobre el mismo tema. Un examen
estandarizado compara los resultados individuales con una pauta. La pauta se
establece independientemente o por análisis estadístico de un gran número de
individuos.
[2] Nació en el seno
de una familia pedagógica, su madre era profesora y escritora de libros
infantiles y su padre director de un colegio. Estudió filología escandinava,
Historia de las ideas e Historia de la religión en la Universidad de Oslo. Fue
profesor de filosofía y literatura en un instituto de Bergen durante once años.
Su trabajo más conocido es la novela El mundo de Sofía, subtitulada novela
sobre la historia de la filosofía. Este popular trabajo ha sido traducido a 54
idiomas, se han impreso 26 millones de copias de los cuales se han vendido 6
millones sólo en Alemania. El mundo de Sofía (1991) es el libro que le convierte
en uno de los autores de más éxito en Europa, en donde la novela se ha
convertido en un auténtico best-seller. En 1990 recibió el Premio Nacional de
Crítica Literaria en Noruega y el Premio Literario del Ministerio de Asuntos
Sociales y Científicos por "El misterio del solitario" y al año
siguiente el Premio Europeo de Literatura Juvenil. En 2012 se edita su nuevo
libro Det spørs ("Me Pregunto"), con ilustraciones del artista
turco-noruego Akin Düzakin, que abarca cincuenta cuestiones filosóficas universales
para propiciar el diálogo intergeneracional. Las interrogantes se refieren
tanto a cuestiones morales (la amistad, la justicia, la belleza) como
metafísicas (el universo, la vida, la muerte, Dios). Según expresó Gaarder la
pregunta filosófica más importante del presente es una que no incluyó en su
libro: ¿cómo será el ser humano en el futuro?
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